Con la luna acercando esos labios
y esos dedos los pezones tocando
y nuestros sexos buscándose
y la blanca luna abrazándonos
vibrando toda yo sin descanso
haciendo de la noche un suspiro
acariciando el placer sin pedirlo,
pasión que aprovecha ocasión
sentir ese orgasmo incontrolado
y la luna testigo mudo mirando.
Rosa Mª Villalta Ballester
Qué apasionado tu poema, me ha encantado.
ResponderEliminarTestigo que mira cómo arden los cuerpos amándose.
Besos enormes.
Gracias María,
Eliminarme alegro haya sido de tu agrado.
Saludos.
La luna tan complice siempre
ResponderEliminary tus versos llenos de caricias que llegan
Un abrazo Rosa
Gracias Precious por tus palabras.
EliminarSaludos.
Tan pasional como siempre, me gusta.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Né por tus palabras.
EliminarSaludos.
La luna, dulce testigo de las pasiones humanas.
ResponderEliminarBesos.
Así es, un dulce testigo.
EliminarGracias Amapola por estar aquí.
Saludos.
Creo que es la oscuridad y el deseo en la sombra lo que nos vuelca los unos en los otros, a veces sin salir de los límites de nuestro cerebro.
ResponderEliminarExtrema tu sensibilidad. Abrazo.
ResponderEliminarMuy sensual y muy bonito.
ResponderEliminarBesos.
La Luna siempre es testigo de los amantes, pintas una romántica escena con tus versos.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.