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domingo, 26 de mayo de 2019

SIN AUTOCOMPASION



No hay que quedarse con lo malo;
hay que aferrarse a lo bueno que hay;
aferrarse a que no todo es malo,
que hay cosas bellas en la vida,
que hay que aprender a disfrutar,
a que no lo empañe el lamento o queja,
que sintamos que vale la pena luchar.
Que no nos aferremos a la debilidad,
que todo pasa sea bueno o nefasto.
Que mientras exista un nuevo día,
podemos hallar belleza y armonía;
que cuanto más nos quejemos,
más débiles nos sentiremos;
No hay nada más lejano y ciego
que aferrarse al lamento y la queja;
está en cada uno de nuestro ser
el vivir la vida o dejar un instante pasar;
pues cuanto más lamento, menos tiempo,
tiempo que jamás volverá a estar.
Quien tan solo vive de la autocompasión,
pierde la vida, pierde su esencia y su ser.
Y cuanto más rápido sea el cambio,
más oportunidad de hallar el buen hacer.
Que no hay peor historia diaria,
que irse a dormir sin haber hecho nada.
Ahora es hora de hacer, aunque sea poco;
pero mejor intentar conseguir algo bueno,
que quejarse poniendo un muro a lo bello.


Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 5 de mayo de 2019

COMO QUISIERA SER




Es posible sea la voz de mi interior que me expresa su contradicción. Es posible.
También es posible sea la necesidad de tomar decisiones difíciles, pero necesarias.
No deseo pasar la vida sin más, sin saborearla, sin sentir su esencia. No quiero que el tiempo pase por pasar, sino dándole una vivencia, sea buena o mala.
El día de hoy puede ser bueno o malo; pero desde luego, no seré yo quien ponga los ingredientes para lo segundo. 
He salido a admirar el sol, las personas que caminan, las parejas enamoradas, las solitarias, ...
No importa el estado en el que estoy sino en el que deseo estar. No permito en mi vida la queja ni el lamento.

Mi viaje es pesado, sí, pero deseo continuar. A pesar del esfuerzo, a pesar de no saber a dónde voy a llegar. Voy sin rumbo, sin esperar nada, sin desear nada, voy, estoy, ..., no busco ningún lugar especial. Simplemente, estar y percatarme cuanto a mi alrededor tengo.

También quiero recuperar algo que perdí hace mucho: la fe, la creencia.
Y aunque perdida y desorientada, viajo por este universo al que pertenezco, me guste o no. Formo parte de este universo, estoy en él.

Así que, o me quedo quieta sin hacer nada; o reacciono y admiro cuanto haya por admirar y lucho por aquello que me pueda beneficiar. He de ir alejándome de cuanto me impide o me perjudica realizar el viaje.
Sobre todo: ser yo misma, pensar por mí misma, ser libre, sentirme libre sin sentirme culpable.

Mi mayor éxito, mi gran felicidad, sería tener mi propio criterio sin ser foco de atención, sin sentir miedo, culpabilidad, vergüenza.

Y sí, no voy a negar algún que otro logro, que se esfuma en cuanto dejo de ser quien realmente sería.

Es difícil este mi viaje, no por cuanto distancia ni esfuerzo, sino por quien consigue apartarme de mi verdadero objetivo, mi gran alegría.

Y aunque no lo consiga, me sienta bien intentarlo; me haría mal dejar el viaje por ausencia de confianza, por no ser yo misma.


Rosa Mª Villalta