Esas máscaras que cubrieron
esa ayuda y gran amistad.
Esas máscaras que dejaron
cicatrices sin poder curar.
Esa confianza tan necesitada
puesta y que estaba minada,
sin dejar ninguna sin pisar,
Esa transparencia expuesta
que, aun rota, todo dejó pasar.
Y esa es una única realidad:
hay quien esconde su malicia,
tras máscaras de humanidad.
Hay quien, no sabe usarlas
y cae en las entrañas del mal.
¡Qué contradicción tan clara!
La transparente confianza
con las máscaras se empaña.
Rosa María Villalta