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sábado, 13 de abril de 2019

LIBERACION


Cierto que he pedido mucho por vivir, que el tiempo ha pasado y no se puede recuperar. Y cierto es que deseo aprovechar cada instante, cada segundo, no para recuperar lo no realizado, sino para vivir el ahora, lo que realmente desee hacer o vivir.
No creo en la totalidad: no creo que alguien haya realizado el cien por cien de cuanto quería o deseaba. Es posible conseguir ciertas partes pero el todo no lo creo posible. Y me he pasado años con este pensamiento pensando que al no tener lo que la mayoría sí tienen, no tenía nada que esperar.
La vida es tan inmensa, las posibilidades son tan numerosas, que pensar en que ya está todo hecho ahora lo veo un completo error.

Quizás lo que más deseo realizar en mi propia liberación, liberar la persona que hay en mí que, de una u otra manera, no es capaz de salir. Dentro de mí siento estar en una jaula encerrada y necesito salir y ser yo misma.
¡Son tantos años los que llevo siendo lo que los demás quieren que sea o se espera que mi mayor triunfo sería ser yo misma de verdad!

¡Deseo tanto continuar con este viaje! ¡Y siento tanto temor y vergüenza!

Pero aquí estoy. En el camino. Aun con grandes parones y retrocesos.

Rosa Mª Villalta.

lunes, 8 de abril de 2019

CONTINUANDO EL VIAJE



Avanzo con dificultad este viaje que comencé sin ningún otro objetivo que ser yo misma.
Cada nuevo día reconozco que me cuesta más, siento mucha más debilidad y es como que todo está ya hecho.
Pero de nuevo, ha surgido un nuevo día, aunque entre nubes y claros, no importa. También el corazón tiene sus desengaños y aquí estoy.
Ya no deseo desechar la vida, como tantos años y tantos instantes he intentado.
Ya no me lamento, pues sería una desconsiderada.
Ahora abrazo cada nuevo día, no importa de qué manera.
Ahora deseo abrazar a un árbol, ver su follaje, escuchar el mar, observar la luna (aunque no sea en la oscuridad, cosas de la ciudad).
Ahora vivo este instante, no importa cómo, lo vivo y lo acepto. Soy yo quien ha de cambiar porque la naturaleza no lo hace, las circunstancias no lo hacen. soy yo quien ha de asumir el cambio y hacer, no dejarme llevar sin hacer nada.
Si algo aborrezco es haber sido como he sido y, por tanto, he de cambiar. Soy libre de hacerlo y soy quien decide si desea aprovechar las cosas hermosas y bellas que existen, que se desprecian, que no se aprovechan por el hecho de ser diferente y no aceptarlo.
Vale que no tengo la experiencia de otras personas, que me falta mucho conocimiento, pero que siento.
Y ahora quiero emprender mi camino con sus dificultades y desearía aceptarme como soy y seguir con firmeza y decisión.
No hay prisa, no es necesario la rapidez; he aprendido a hacer las cosas con pausa, con serenidad pues de otra manera no se vive realmente simplemente se hace, se deja pasar.
¡Es tan importante vivir, experimentar, tener curiosidad! ¡Es tan necesario darse cuenta de qué se siente en cada instante!
No creo en la felicidad, ni creo tampoco en nada ni en nadie. Tal vez la fe me ayudaría, pero no puedo creer aquello que no puedo creer. La fe se tiene o no.
He de borrar de mi vida muchas cosas y llenarla de otras nuevas que me ayuden a visualizar mucho mejor y de forma más nítida todo cuanto hay ante mí y que no he sido ni soy capaz de admirar.

Cierto que siempre deseamos aquello que no tenemos porque pienso que no existe persona alguna que lo tenga todo, en sentido absoluto.
Y sí, aquí estoy siguiendo mi camino. Con sus días claros y soleados y tormentosos.

Y decido continuar aunque sería más cómodo descansar y dejarlo todo.
Mi instinto me pide que no renuncie a este viaje y que lo viva más intensamente tratando de aprovechar cada instante del mismo.


Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 7 de abril de 2019

AUN IMAGINANDO

Aunque sea por un instante, veo una vida con verdes y frondosos campos, un cielo azul con sus espumosas nubes que bajo él pasan, el agua clara bajando de las montañas con su fuerza.
Escucho las olas del mar en la orilla, la lluvia, el viento, las ramas de los árboles batirse y abriéndose al mundo.
En esta imagen, no hay ninguna mujer maltratada por su marido ni hijas ni hijos presenciando tan dura imagen. Tampoco hay refugiados rechazados ni el inicio de xenofobia que horroriza a cualquiera.
En mi pensamiento, por un instante, no hay guerras, ni hambre, ni frío, ni desolación.
Hay discusiones sí; pero no hay enfrentamiento. Cada cual puede expresar su opinión sin temor a ser señalado. Y aunque sea solo por un instante, puedo gozar de esta imagen. No mucho, desde luego. Al encender la radio, la primera noticia es la de una mujer asesinada por su esposo en presencia de sus hijos pequeños. Mi imagen se esfuma, se desvanece.

Pero no importa, aunque sea por unos instantes, vuelvo a ver esos árboles repletos de vida a los que abrazarme, esos ríos con su clara y cristalina agua, esa orilla en la que veo a los veleros  de manera serena viendo salir el amanecer al igual que yo, que saludo al sol y le doy la bienvenida escuchando en el silencio, romper las olas.
Por un momento, aunque sea por un solo instante, la libertad y la belleza de cuanto me imagino, me proporciona la fuerza suficiente para proseguir el viaje que tan difícil se hace. Abro mis brazos y abrazo al sol y a la naturaleza, verdaderos acompañantes y protagonistas.
Esos árboles que personas, ¿personas?, persiguen eliminar; pero hay algo que jamás humano alguno podrá combatir: el rey sol.
Mientras el sol diariamente nos abrace, hay vida. Y la luna, nos acompañará en la oscura noche para no perdernos en nuestro viaje constante.
Así que sí, la luna y el sol, a ellos nadie podrá detenerlos. Nadie osará a enfrentarse porque si hay algo poderoso y natural es la fuerza y la energía que el sol cada día nos da.

Contigo sol sigo mi camino. Y la luna, esa blanca y adorada compañera, me embruja mientras espero que, de nuevo, el sol me dé la energía y la luz para no perder el camino de mi vida.


Rosa Mª Villalta Ballester

sábado, 9 de febrero de 2019

LA VERDADERA MOTIVACIÓN



Bueno, abandonarme no es solución, ni dejar pasar los días sin más.
Así que, Rosa, a continuar tu viaje y a saber afrontar cada nueva situación.
Llevas días de mucho ejercicio, de andar, de implicarte en cuanto haces al máximo. Eso está bien; pero tampoco es algo que sea bueno. Has de saber tener un equilibrio entre el trabajo, el descanso y la actividad de ocio.

Cuesta. Ya lo sé. Tanto más cuando la vida no es más que trabajo y dejar pasar los días. Y ahora es el momento de empezar a renovar todo. Tu maleta lleva lo imprescindible. No necesitas nada más. Y tu vida es tuya. También estás comprobando que el exceso no es lo mejor. No por tener más cosas eres más feliz. A veces, la mayoría, lo más insignificante, es lo que más motiva, alegra, entusiasma ...

Si he aprendido algo a lo largo de tanto tiempo es a motivarme por mí misma; no pensar en nadie; no depender de nadie. En cada cual está o debe estar la motivación.
No hay nada más lamentable que no tenerse uno mismo o una misma. Quien no se motiva por sí mismo o misma, no puede esperar motivación con alguien. La piedra más valiosa está en cada cual. Y pulirla, cuidarla y hacerla valiosa es de cada cual.

Se nos puede empujar; pero el verdadero impulso ha de venir de cada cual. Si no hay fuerza, si no se desea de verdad, cualquier empuje, cualquier entusiasmo exterior, no sirve absolutamente de nada porque no es verdaderamente nuestro.

Así que, dejé el abandono, me levanté y he decidido seguir.

Este viaje me hace fuerte y dueña de mí. No importa la soledad o la compañía. No se sabe jamás qué es lo mejor. Ambas cosas tienen su parte positiva y negativa.


La verdadera cuestión es tener claro que la fe, la motivación, el entusiasmo, el deseo ... no puede ser algo sino que nazca de uno mismo.

Escuchar qué nos dice nuestro interior y hacer aquello que nos da satisfacción es el mejor modo de que el viaje se haga fascinante. No puede ser fascinante o extraordinario lo que para una persona no es realmente hermoso.


Rosa Mª Villalta Ballester




domingo, 3 de febrero de 2019

ME ABANDONO



Hoy preciso embriaguez. Hoy no quiero regocijarme en mi realidad. No importa sola, importa que quiero, deseo emborracharme.
Todo da vueltas. Momento que no conozco, no había sentido. Al menos, es solo un momento. Y me río. Me río.
No quiero dejar este estado. Quiero permanecer en él. No quiero ser yo misma. Quiero ser lo que el alcohol me desencadena. También así soy yo. Otra forma de mi yo.

¡No deseo volver a mi yo! ¡Viva la embriaguez! ¡Estúpida seriedad!
¡No necesitas a nadie para calmar tu vacío, para la sed de sentimientos buenos que te aprisiona el día a día!

Te necesitas a ti. Y sí, emborracharte, reírte, sentir algo diferente, algo que te lleve a otra realidad que no sea la rutina.
¡Siente ese desenfreno, esa ira, esa rabia!

Dentro de un rato, todo pasa. Todo pasa. Nada permanece de la misma manera.

¡Curioso! Siento estar en medio de un inmenso universo. ¡Tan solo soy un ser solitario en un cuarto escuchando el vendaval que fuerza azota!


Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 27 de enero de 2019

CON AGÓNICO VACÍO

Estimada compañera,
sí, aunque abandonada te tengo.
Vamos unidas en este viaje.
Una sin la otra no somos.
Me arrastro. Me esfuerzo por no dejarme vencer.
Fallan las fuerzas, el deseo, la esperanza, ...
Falla el entusiasmo, la armonía, la alegría.
Aun así continuamos. Aunque sea de tarde en tarde.
Te tienes a ti, dependes de ti. Y mejor no dependas de nadie más. Ése era tu objetivo a no ser que lo hayas abandonado.

Quizás sea ese el logro, el saber que te tienes aunque no estés del todo fuerte.
Saber que tú misma, y nadie más, eres dueña de tu vida. O tratas de hacerlo.
Dueña dueña, como que no. 
Es muy fácil que se te diga que eres dueña de tu vida; aunque sí en gran medida, pero no en su totalidad. No eres dueña de la aceptación o rechazo que se te haga, del ninguneo, o de la soberbia mostrada.
Sí eres dueña de reaccionar ante el aislamiento hallado. 
El cielo, mirar las nubes, el cielo infinito; pensar en aquello que te aleje de la agonía, del sentimiento de abandono de la vida.

Existes. Aunque no te guste, existes. Y en tanto existes puedes o abandonarte y no aprovechar cuanto existe y hay ante ti; o aprovechar cada instante que se te da.

Difícil es continuar en un universo del que formas parte y en el que se te ignora la mayor parte de las veces.

Pero continuaremos este pesado camino. Aunque solo sea simplemente dejándonos llevar por el destino, si es que existe un destino.

Me cuesta. Apenas sin fuerza, sin ánimo. ¿Valdrá la pena su final?
A pesar de que en mi maleta hay solo lo imprescindible se hace pesada y muy difícil de llevar; pero nada puedo dejar que no deba venir conmigo.

En muchísimas ocasiones dejo mi responsabilidad de adulta, paso a ser una adolescente, alguien sin madurez, que espera por esperar y que nada espera lograr. 
Desearía poder llenar este corazón tan vacío, sentir que existe algún sentimiento que vaga la pena.

Pasa que el tiempo pasa demasiado rápido y demasiado lento el logro de mi corazón por dejar su agónico vacío.


Rosa Mª Villalta Ballester.



domingo, 13 de enero de 2019

LENTAMENTE



No sé si soy vosotros, ángeles,
o la decisión que tengo yo.
No sé si helado es el clima,
o helado dejo el tiempo su pasar.
No sé so estoy segura de qué hago,
pero sí de no dejar el ahora congelado.

Así retomo mi camino, sin saber con certeza quién me acompaña ni qué mundo vivo.
Así deseo no congelar mi presente y alimentar la calidez para una armonía deseada.
No deseo tener relación alguna. Deseo sentir que mi presencia no es como una fantasía, como un fantasma que nadie ni aprecia ni brilla.

Siento que voy demasiado lenta, que me detengo en numerosas y cuantiosas ocasiones; quisiera aprovechar cada instante, cada segundo, que escapan de mis acciones, que no son decisión mía.

Ahora, tal vez, en el camino, aprecie verdaderamente la soledad, que ya he notado. Quizás el universo me quiera demostrar que ése es mi destino; que estoy hecha para no tener relación alguna.

Ahora, con más calma, me veo reflejada en el universo tormentoso y repleto de truenos y rayos, de tempestades y arrasares.
Sin embargo, ¿por qué tras las tempestades hay ciertos períodos de calma, por qué hay luz y en mi camino, no consigo vislumbrarla?

Tras muchísimos años de cuestionamiento, comprendo que cada cual ha de soportar su propia cruz y destino.

Y cuanto más me revele contra ese destino, mayor será la resistencia a vivir su día a día, el ahora, el minuto que se me presenta.

Pero es la vida misma supongo, un camino que nadie decide, que se presenta y que hay que ir. 

Nada hay que nos detenga
excepto la muerte o violencia;
imaginar no es costoso
y proporciona ilusión y esperanza.
Allá donde llegue, comenzaré;
pues empezar nuevo día,
es terminar el que ya pasó.

Rosa Mª Villalta Ballester