(imagen tomada de google)
Navidad, ¿quién la vive y la entiende como tal?
¿Por qué tiene que ser una día alegre y armonioso? ¿Acaso no hay personas sin hogar, maltratos, muertes, ...? ¿Acaso no hay derecho a la tristeza y desesperación?
¿Cómo puede vivir una niña o un niño que ha presenciado la muerte de su mamá por su papá? ¿Cómo puede vivir hoy esa madre que ha perdido a su hija por la violencia de un desalmado que no persona? ¿Cómo van a sonreír esas personas? ¿Y quienes están en el hospital por algo grave e insalvable?¿Y quienes han perdido su trabajo, su hogar, ...?
¿Por qué se nos enseña que en Navidad todo es hermoso, armonioso y pacífico cuando no lo es?
Quizás lo sea para quienes ostentan el poder a costa de lo que sea, con mentiras, sobornos, máscaras, promesas que jamás cumplirán, ...
Quizás lo sea para quienes carecen de conciencia, de sensatez y realidad.
Al menos, aunque sea por un día, aunque debiera ser cada instante, habría que tomar conciencia de todo nuestro mundo del que formamos parte. Quizás, si se empezase por tomar conciencia, cambiarían muchas cosas y no solo la ansiedad por llegar al poder, a ver quién es quien ostenta una presidencia, quién desacredita a quién, quién demagógicamente es mejor y da mejor el timo, porque lo que es la realidad, es que cada cual desea ostentar el poder para después olvidarse de lo esencial que son la personas de la calle, las personas que no pueden ni llegar a soñar en tener momentos de armonía.
Y yo, un día como hoy, no puedo sino pensar en quienes no tienen para comer, vestirse, asearse, ..., esa infancia rota por quienes la utilizan y no la aman, esas personas que han perdido a un ser querido, las que no tienen un ser que les acompañe, a quienes son enviados en pateras para probar suerte de entrar en otro país, a todas y todos que no tienen la suerte de poder sentir sea este día u otro día, un día, aunque sea un solo día, de armonía y tranquilidad.
A esas personas les dedico mi pensamiento, que no se olvidan de ellas, que de alguna manera su malestar y desgracia es mi malestar y desgracia.
Por eso, hoy, Navidad, también esas personas forman parte de mi ser aunque yo, gracias al cielo, no tenga esas penurias.
¡El gran regalo de Navidad que me ilusiona es que hoy, al menos por un día, hoy, no hubiera que conocer ninguna muerte por violencia de género, ni ninguna muerte por frío, desamparo, violencia ...!
Las cosas, aunque parezcan imposible (al menos para mí), pueden solucionarse mientras la muerte no esté por medio.
Si cualquier dirigente, en lugar de pensar en tanto dinero, pensaran más en cómo erradicar la violencia (la cual no necesita de dinero sino de una buena justicia y castigo), pensaran en cómo repartir más equitativamente la riqueza y no fuera siempre a manos de unos pocos, entonces, sólo entonces las cosas podrían cambiar.
La pena, desde mi punto de vista, es que se piensa en prosperar, en el triunfo personal a costa de y no para quienes realmente precisan cambiar las cosas. Si los dirigentes se dedicaran para quienes y no a costa de quienes, las cosas darían un giro jamás hallado.
No obstante, allá cada cual con su conciencia. Cada cual piensa en la Navidad como lo crea.
Hoy no podía pasar este día sin rendir homenaje a quienes sufren de alguna u otra manera.
Rosa Mª Villalta Ballester