Que nadie me detenga en mi sensación
que soy libre y nada quiero sino ser yo
que a nadie preciso a nadie reclamo
pues ni quiero poseer ni que me posean
tan solo mi sentir es mi mayor posesión
ése que nadie puede arrebatarme
ése que me cambia por un solo instante.
Que nadie me detenga en mi deseo
para poder apagar el fuego que llevo
para saciar la sed de placer que tengo
para olvidar el dolor que tanto siento.
Ya no hay prejuicio ni tabú alguno
que tantas veces me ha recriminado.
Ya no existe ni culpa ni pecado
creencia obsoleta de algo tan necesario.
Ahora me alimento del erotismo iluminado
sacio la sed de placer tantas veces dejado
hago caso del instinto tan natural e innato
que cura heridas y aleja tristeza y llanto.
Ahora soy ese animal instintivo y salvaje
libre de cualquier razón y lógica,
aquel ser que escondido por temor y culpa
sale de su refugio y deja libre su atadura.
Rosa Mª Villalta Ballester