No conoció el placer del amor.
Su soledad la acompañaba.
¡Tantas veces se venía abajo!
¡Tantas experiencias sin vivir!
Decidió no mirar hacia atrás,
y dejar solamente de existir.
Intentó saber qué era el amor
aunque poco pudo repetir.
Se sintió deseosa en instantes,
sin saber exactamente definir.
Encontró en su cuerpo aliento
y rechazó su cuerpo y sentir
Y también halló su silencio
y la soledad que sentía en sí.
Y se puso manos a la obra
aunque con nadie compartir.
Y decidió cambiar su mirada
hacia sí y hacia un porvenir,
aunque no tuviera a alguien
con quien su cariño compartir.
Y dejó de sentirse sola,
admitiéndose para seguir.
Y dejó de lado los murmullos
que rara le hacían sentir.
Y aunque no fue amada,
dejó ya de su realidad fingir.
Y dejó al viento su mirada
sin saber realmente elegir.
Imaginó muchas fantasías
aunque ninguna pasó de ahí.
Por fin aceptó su realidad
sin ganas pero para resistir.
Por fin, separó sus fantasías,
y dejó al cuerpo de exigir.
Y su sexualidad no sabía
sin deseos y sin necesidad.
Era una mujer completa, sí,
pero sin saber ni poder amar.
Entendió el sexo como placer
aun sin el placer en ella fluir.
Rosa María Villalta Ballester
La vida muchas veces nos priva de lo que muchos tienen a manos abierta, es un misterio entender el por qué no llega a nosotros algo como el amor, el placer u otras vivencias que todo ser humano debe experimentar. Pero cuando vemos que tenemos valor más allá de aquello que la vida nos priva, podemos seguir adelante y saber que no somos menos que nadie.
ResponderEliminarUn beso dulce Rosa y dulce semana.
Hizo lo que estaba a su alcance.
ResponderEliminarQue no es poco.
Besos.