Sentir la naturaleza en su esencia,
es un regalo de inagotable belleza.
¿Qué sentirá esa mariposa posando
sobre una flor de colores y tierna?
¿Qué percibirá un animal que,
con el ser humano irresponsable,
se queda en medio de las llamas,
donde instantes antes, sereno,
caminaba por entre la maleza?
¿Y los peces invadidos en el mar
ya por accidente o desechos,
llegan a la orilla asfixiados,
sin ni siquiera el mar saborear?
Y ... ¿qué es de los seres humanos
que pronto seremos máquinas
sin ni siquiera saber comunicarnos
y olvidando la razón y los valores
en un mundo en que el poseer
se convierte en lo más preciado?
¿Qué será del ser humano, libre,
sin hablarse, a no ser conectados?
Tal vez seamos como los animales,
que, al arrebatarnos la razón,
seamos patrones de un pasado.
y ... ¿existirá el amor?
¿Cómo se llegará a ese momento
en que las personas necesitan
el roce y el tacto de otra
Rosa María Villalta Ballester
Tal vez lleguemos a ese futuro impersonal donde el tocarse piel a piel sea un bien escaso, sería perder la humanidad. Un profundo poema nos regalas Rosa.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce mes.
Existe el amor y ciertamente es la única esperanza frente a ese mundo que describes
ResponderEliminarPaz
Isaac
que maravilla tus letras y el sentir de tus sentires
ResponderEliminarEl futuro que intuyo es catastrófico.
ResponderEliminarUna pena...
Besos.
Creo que el ser humano se ha convertido en un doble animal. Y así perdemos lo esencial, el amor. Y sólo el amor podrá salvar a este mundo que ya estamos viviendo, un mundo sin alma, mecanizado, indiferente... Me ha gustado mucho leer tu poema, Rosa María. Vendré con más frecuencia. Mi abrazo fuerte.
ResponderEliminarQué reflexivo es tu poema, me ha encantado leer tus preguntas, tal vez seamos como animales, como bien dices.
ResponderEliminarMuchas gracias por volver a mi blog. Me ha encantado leerte.
Un beso enorme.