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sábado, 31 de agosto de 2019

SIN PRETENDERLO



El la deseaba con fuego y con premura;
ella parecía no interesarse, fría, distante.
Se fue acercando hasta posarse tras suyo
marcando su paquete y moviéndolo lento;
ella, que parecía no desearlo en ese instante,
sin volverse con sus manos envolvió su pene
masajeándolo y sintiendo su gran dureza,
sin resistirse a separarse, pegando su cuerpo.
El fue pasando su lengua por su cuello
mientras ella lo movía cada vez más rápido,
sin resistirse a liberar su ya ahogado falo,
que salió caliente a sus cálidas manos,
mientras posando hacia atrás su cabeza,
dejaba que su lengua humedeciera su ser
que no se resistía, que se dejaba ya ver,
mientras le quitaba el molesto sujetador
dejado sus pechos ardientes a flor de piel
masajeándolos todavia tras ella, pegado,
sintiendo ese su miembro duro y erecto
que de inmediato puso dentro de su boca,
agachada mientras él le agarraba su pelo,
y ella lo metía y sacaba enloqueciéndole.
No resistió más al ver sus tiesos pezones,
que, entre sus dientes, posaba, mordía,
mamando como cual bebé busca placer
llenando su boca, encendiendo su deseo,
mientras metía sus dedos en su vagina,
que casi al instante mojaba y lubrificaba
no pudiendo parar a probar la humedad
que sus labios vaginales le provocaban.
Así ella se retorcía y trababa de callar
pero sus gemidos, prueba de su éxtasis,
provocaban en él su cada vez más sed,
y su miembro, cada vez aun más duro,
provocaba meterlo en su boca otra vez.
Ambos se lamían sus caprichosos sexos
bebiéndose, relamiéndose, saboreándose, 
y él no pudo resistir metérsela, sacársela,
esa vagina jugosa, excitante, provocadora,
donde jugar en ese escondite tan ardiente,
mientras ella la empujaba completamente
y masajeaba sus testículos intensamente
y él mordía sus pezones, locura absoluta,
hasta que su caliente esperma mezclado
con el flujo vaginal besado por sus labios.
Ella, que parecía no desear ese momento,
con su ardiente cuerpo se corrió con él;
y él disfrutó de la excitante experiencia
de provocar en ella un intenso orgasmo.


Rosa Mª Villalta Ballester.

viernes, 30 de agosto de 2019

PROVOCACION




Sus dedos no cesaban de estimular su clítoris,
mientras sus pechos gritaban por ser tocados,
mientras su cuerpo se arqueaba y estiraba,
así como sus pezones erectos arriba invocaban.
Tal vez en una fantasía estimulante se hallaba
pues su boca parecía comerse completo un falo
sacando y metiendo sus dedos por esa vagina
que bien lubrificada y estimulada se hallaba
mientras se abría y cerraba, se abría y cerraba.
Sintiendo fuego, deseando hielo, salivando,
hielo en clítoris y en los pezones tan tiesos,
gimiendo, salivando, lamiendo, provocando,
mientras él la observa sin poder esperar ya
con su pene ya bien lleno, la vagina mojada,
ambas manos llevados a los sexos opuestos
metiendo y sacando ese falo en su boca,
lamiendo con lengua el caldo de la vagina
sin poder parar hasta el deseado orgasmo,
que deja el deseo en un sueño ya alcanzado.

Rosa Mª Villalta Ballester


miércoles, 28 de agosto de 2019

AUNQUE NO LO ADMITÍA



(imagen de mi autoría: jardines de Peterhof San Petersburgo)

Y aunque no quería, he vuelto a pasar un nuevo verano. Y aunque no lo planeé, he estado visitando un lugar lejano a donde me hallo.
Y es así como van pasando las estaciones, los años, los momentos.
Es así cómo se siente angustia, alegría, tristeza, calor humano o rechazo. Y quizás haya oportunidades para aprovechar que no realizamos por estar inmersos en un pensar, en un esperar a que algo cambie sin saber concretamente qué y sin hacer nada.

Y así van pasando los años, las circunstancias, los temores, las dichas y las penas. Y vuelta de nuevo a otro septiembre donde se comienza otro nuevo ciclo, ya sea curso escolar, trabajo, relación, ...
Vivimos tan inmersos en la rutina que no nos damos la oportunidad de hacer algo diferente que nos permita una percepción, un sentir, un pensar diferente hasta ahora. 

Y así, estoy de nuevo angustiada ante el inicio de un nuevo curso, como cada año, como tras cada período vacacional. Y de nuevo, como si de un colegial se tratara, siento la angustia y el desespero ante la entrada a un nuevo lugar de trabajo. Y, de nuevo, angustia de sentirme incapaz, de tener que relacionarme con personas, de pasar de un larga temporada estival a la obligación de tener que cumplir y presentar cosas en un determinado momento.

Y aunque no quería, he cumplido un año más simplemente pasando, existiendo, admitiendo, asumiendo. 

Y aunque no lo admitía, reconozco que el verdadero problema, el fondo de todo no es la rutina, ni la vuelta a ella. Es algo mucho más profundo y nuclear como la inseguridad, el miedo, la desconfianza, esos pilares, que si ceden y no existen,  hacen la vida del ser humano un verdadero infierno.

Aunque no lo admitía, me equivoqué con el paso de tiempo; ahora admito mi error para no pasar en vano el tiempo.


Rosa Mª Villalta Ballester

CARTA A LA EDAD




(imagen de mi autoría)


A ti, edad, me dirijo,
tú que cuanto más grande, se supone más sabiduría.
¡Alegría de nacer, de despertar una nueva vida! Entonces, nada se siente; o, al menos, no se recuerda. O, tal vez, intercede más adelante.
¡Dichosa buena niñez que goza de aquello que proporciona bienestar! ¡Ay de la infancia en que la desgracia acompaña! 
Tras la niñez, una adolescencia puede que aprovechada o no, vivida o no al máximo, pues etapa que pasa rápido, aunque parezca que la adolescencia se tiene siempre.
Y esa juventud en la que se prueba, se experimenta, se asientan los valores de lo que pasará a ese ser adulto, etapa más calmada, sosegada, donde se experimenta, se vive de una manera muy diferente a las anteriores.
Y esa vejez que puede ser agradable o no, según las circunstancias.

Edades diferentes, circunstancias que marcan decisiones, sentires, pensares.

Edades deseosas, deseadas, rechazadas, ignoradas. Edad inolvidable, que marca una etapa; que se ignora, se olvida, por dejar una marca de dolor, de angustia, de temor. 

Edad que no puede ignorarse, que ha de admitirse, asumirse, conocerse. Que se abre paso.

A ti, edad, te dedico esta carta porque no se te puede cambiar.

Rosa Mª Villalta Ballester

martes, 27 de agosto de 2019

IRRESISTIBLE REGALO DE LA VIDA



(imagen de la red)

Quizás sea la edad,
quizás la melancolía, la duda;
quizás necesidad, locura;
tal vez embriaguez, descenso;
quizás la sangre que corre,
esos pechos que tanto dicen,
ese vibrar que tanto clama,
ese fuego que arde en deseo,
que despierta intenso sexo,
que hace arquear gimiendo
que se funde en su orgasmo
libera, juega, desarma, llega,
infinita y sensual plenitud
irresistible regalo de la vida.

Rosa Mª Villalta Ballester

lunes, 26 de agosto de 2019

DESEO



al desear al placer llegar,
al fantasear con esas manos
que a mis pezones pellizcan
mi vulva tiembla y lubrifica
posesa y atada de locura,
mientras acaricio un pene
que mi humedad enloquece
y se funden en un abrazo
ambos sexos acoplados?
¿Qué pecado puede existir
al poner erecto un falo
que necesita ser liberado,
lamerlo y provocarlo?
¿Qué pecado puede existir
por saborear el jugo sexual
hallar un sentido orgasmo
jugar, penetrar, acariciar,
vibrar, contraerse, sanar?
¿Qué pecado puede existir
si el sexo no es forzado
si el placer es buscado
y, jugando, es encontrado?

Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 25 de agosto de 2019

ME QUEDA


(imagen de mi autoría)

Me queda dejar de esperar
aprovechar el momento sin más,
plantar y regar nuevos sentimientos
dejar el pensar que arruina vivir
forzar la alegría hasta sus raíces
hacer, para a la debilidad detener.

Me queda sonreír y agradecer
sentir cuanto bueno me acompaña
si del insuficiente valor se empaña
mirar a quienes la desgracia pasar
y sentir latir el corazón su compás.

Me queda el amor por ofrecer
la salud que conmigo se abraza
la tristeza cuya alegría necesita
el tiempo que dejo y que pruebo
la expresión escrita de la vida.

Rosa Mª Villalta Ballester