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domingo, 2 de junio de 2019

VIVENCIAS

Se cerrarán etapas
que abrirán otras nuevas;
se esperará la dicha
sin saborear la pena.
Se buscarán caminos
que permitan la gloria,
dejando siempre atrás
pasado que no volverá.
Se cometerán errores,
se aprenderá a retomar,
se retomarán acciones
siempre en libertad.
Se vivirán tormentas
cuya calma llegará,
se llenarán vacíos
vaciando la soledad.
Se escucharán palabras
dañinas para el alma,
se dirán ciertas cosas
que del corazón no salgan.
Se cierran las etapas
que mejor olvidarlas;
decisiones que se toman
para vivir un adiós;
que saluda al ahora, 
que deja una sensación.


Autora: Rosa Mª Villalta Ballester

sábado, 1 de junio de 2019

AHORA, SIEMPRE AHORA

Una nueva mañana,
tal vez historia de un atardecer,
o de un anochecer tormentoso,
que ahora, el presente pasa a ser;
quizás la melodía de una sonrisa,
el puerto para zarpar y no volver.
Una nueva historia,
deja atrás lo que fue o pudo ser;
el momento que ahora se siente,
puede ser silencio en el placer,
puede ser expresión sin mesura,
en letras o tal vez en el propio ser.
Y también un pasado,
que marca un ahora sin conocer,
que permite hacer en este instante,
un ayer sin haber sido consumado
o un presente para no ser olvidado.
Y sin pensar en un futuro,
el ayer se fue sin preguntarlo,
el hoy mejor pasarlo disfrutando;
pensando lo justo y saboreando
quizás dándole gusto al cuerpo
en compañía o a solas gozando.
Importa aprovechar este ahora,
que cuando ya se marche, no esté,
quizás no haya una otra vez.

Autora: Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 26 de mayo de 2019

SIN AUTOCOMPASION



No hay que quedarse con lo malo;
hay que aferrarse a lo bueno que hay;
aferrarse a que no todo es malo,
que hay cosas bellas en la vida,
que hay que aprender a disfrutar,
a que no lo empañe el lamento o queja,
que sintamos que vale la pena luchar.
Que no nos aferremos a la debilidad,
que todo pasa sea bueno o nefasto.
Que mientras exista un nuevo día,
podemos hallar belleza y armonía;
que cuanto más nos quejemos,
más débiles nos sentiremos;
No hay nada más lejano y ciego
que aferrarse al lamento y la queja;
está en cada uno de nuestro ser
el vivir la vida o dejar un instante pasar;
pues cuanto más lamento, menos tiempo,
tiempo que jamás volverá a estar.
Quien tan solo vive de la autocompasión,
pierde la vida, pierde su esencia y su ser.
Y cuanto más rápido sea el cambio,
más oportunidad de hallar el buen hacer.
Que no hay peor historia diaria,
que irse a dormir sin haber hecho nada.
Ahora es hora de hacer, aunque sea poco;
pero mejor intentar conseguir algo bueno,
que quejarse poniendo un muro a lo bello.


Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 5 de mayo de 2019

COMO QUISIERA SER




Es posible sea la voz de mi interior que me expresa su contradicción. Es posible.
También es posible sea la necesidad de tomar decisiones difíciles, pero necesarias.
No deseo pasar la vida sin más, sin saborearla, sin sentir su esencia. No quiero que el tiempo pase por pasar, sino dándole una vivencia, sea buena o mala.
El día de hoy puede ser bueno o malo; pero desde luego, no seré yo quien ponga los ingredientes para lo segundo. 
He salido a admirar el sol, las personas que caminan, las parejas enamoradas, las solitarias, ...
No importa el estado en el que estoy sino en el que deseo estar. No permito en mi vida la queja ni el lamento.

Mi viaje es pesado, sí, pero deseo continuar. A pesar del esfuerzo, a pesar de no saber a dónde voy a llegar. Voy sin rumbo, sin esperar nada, sin desear nada, voy, estoy, ..., no busco ningún lugar especial. Simplemente, estar y percatarme cuanto a mi alrededor tengo.

También quiero recuperar algo que perdí hace mucho: la fe, la creencia.
Y aunque perdida y desorientada, viajo por este universo al que pertenezco, me guste o no. Formo parte de este universo, estoy en él.

Así que, o me quedo quieta sin hacer nada; o reacciono y admiro cuanto haya por admirar y lucho por aquello que me pueda beneficiar. He de ir alejándome de cuanto me impide o me perjudica realizar el viaje.
Sobre todo: ser yo misma, pensar por mí misma, ser libre, sentirme libre sin sentirme culpable.

Mi mayor éxito, mi gran felicidad, sería tener mi propio criterio sin ser foco de atención, sin sentir miedo, culpabilidad, vergüenza.

Y sí, no voy a negar algún que otro logro, que se esfuma en cuanto dejo de ser quien realmente sería.

Es difícil este mi viaje, no por cuanto distancia ni esfuerzo, sino por quien consigue apartarme de mi verdadero objetivo, mi gran alegría.

Y aunque no lo consiga, me sienta bien intentarlo; me haría mal dejar el viaje por ausencia de confianza, por no ser yo misma.


Rosa Mª Villalta




sábado, 13 de abril de 2019

LIBERACION


Cierto que he pedido mucho por vivir, que el tiempo ha pasado y no se puede recuperar. Y cierto es que deseo aprovechar cada instante, cada segundo, no para recuperar lo no realizado, sino para vivir el ahora, lo que realmente desee hacer o vivir.
No creo en la totalidad: no creo que alguien haya realizado el cien por cien de cuanto quería o deseaba. Es posible conseguir ciertas partes pero el todo no lo creo posible. Y me he pasado años con este pensamiento pensando que al no tener lo que la mayoría sí tienen, no tenía nada que esperar.
La vida es tan inmensa, las posibilidades son tan numerosas, que pensar en que ya está todo hecho ahora lo veo un completo error.

Quizás lo que más deseo realizar en mi propia liberación, liberar la persona que hay en mí que, de una u otra manera, no es capaz de salir. Dentro de mí siento estar en una jaula encerrada y necesito salir y ser yo misma.
¡Son tantos años los que llevo siendo lo que los demás quieren que sea o se espera que mi mayor triunfo sería ser yo misma de verdad!

¡Deseo tanto continuar con este viaje! ¡Y siento tanto temor y vergüenza!

Pero aquí estoy. En el camino. Aun con grandes parones y retrocesos.

Rosa Mª Villalta.

lunes, 8 de abril de 2019

CONTINUANDO EL VIAJE



Avanzo con dificultad este viaje que comencé sin ningún otro objetivo que ser yo misma.
Cada nuevo día reconozco que me cuesta más, siento mucha más debilidad y es como que todo está ya hecho.
Pero de nuevo, ha surgido un nuevo día, aunque entre nubes y claros, no importa. También el corazón tiene sus desengaños y aquí estoy.
Ya no deseo desechar la vida, como tantos años y tantos instantes he intentado.
Ya no me lamento, pues sería una desconsiderada.
Ahora abrazo cada nuevo día, no importa de qué manera.
Ahora deseo abrazar a un árbol, ver su follaje, escuchar el mar, observar la luna (aunque no sea en la oscuridad, cosas de la ciudad).
Ahora vivo este instante, no importa cómo, lo vivo y lo acepto. Soy yo quien ha de cambiar porque la naturaleza no lo hace, las circunstancias no lo hacen. soy yo quien ha de asumir el cambio y hacer, no dejarme llevar sin hacer nada.
Si algo aborrezco es haber sido como he sido y, por tanto, he de cambiar. Soy libre de hacerlo y soy quien decide si desea aprovechar las cosas hermosas y bellas que existen, que se desprecian, que no se aprovechan por el hecho de ser diferente y no aceptarlo.
Vale que no tengo la experiencia de otras personas, que me falta mucho conocimiento, pero que siento.
Y ahora quiero emprender mi camino con sus dificultades y desearía aceptarme como soy y seguir con firmeza y decisión.
No hay prisa, no es necesario la rapidez; he aprendido a hacer las cosas con pausa, con serenidad pues de otra manera no se vive realmente simplemente se hace, se deja pasar.
¡Es tan importante vivir, experimentar, tener curiosidad! ¡Es tan necesario darse cuenta de qué se siente en cada instante!
No creo en la felicidad, ni creo tampoco en nada ni en nadie. Tal vez la fe me ayudaría, pero no puedo creer aquello que no puedo creer. La fe se tiene o no.
He de borrar de mi vida muchas cosas y llenarla de otras nuevas que me ayuden a visualizar mucho mejor y de forma más nítida todo cuanto hay ante mí y que no he sido ni soy capaz de admirar.

Cierto que siempre deseamos aquello que no tenemos porque pienso que no existe persona alguna que lo tenga todo, en sentido absoluto.
Y sí, aquí estoy siguiendo mi camino. Con sus días claros y soleados y tormentosos.

Y decido continuar aunque sería más cómodo descansar y dejarlo todo.
Mi instinto me pide que no renuncie a este viaje y que lo viva más intensamente tratando de aprovechar cada instante del mismo.


Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 7 de abril de 2019

AUN IMAGINANDO

Aunque sea por un instante, veo una vida con verdes y frondosos campos, un cielo azul con sus espumosas nubes que bajo él pasan, el agua clara bajando de las montañas con su fuerza.
Escucho las olas del mar en la orilla, la lluvia, el viento, las ramas de los árboles batirse y abriéndose al mundo.
En esta imagen, no hay ninguna mujer maltratada por su marido ni hijas ni hijos presenciando tan dura imagen. Tampoco hay refugiados rechazados ni el inicio de xenofobia que horroriza a cualquiera.
En mi pensamiento, por un instante, no hay guerras, ni hambre, ni frío, ni desolación.
Hay discusiones sí; pero no hay enfrentamiento. Cada cual puede expresar su opinión sin temor a ser señalado. Y aunque sea solo por un instante, puedo gozar de esta imagen. No mucho, desde luego. Al encender la radio, la primera noticia es la de una mujer asesinada por su esposo en presencia de sus hijos pequeños. Mi imagen se esfuma, se desvanece.

Pero no importa, aunque sea por unos instantes, vuelvo a ver esos árboles repletos de vida a los que abrazarme, esos ríos con su clara y cristalina agua, esa orilla en la que veo a los veleros  de manera serena viendo salir el amanecer al igual que yo, que saludo al sol y le doy la bienvenida escuchando en el silencio, romper las olas.
Por un momento, aunque sea por un solo instante, la libertad y la belleza de cuanto me imagino, me proporciona la fuerza suficiente para proseguir el viaje que tan difícil se hace. Abro mis brazos y abrazo al sol y a la naturaleza, verdaderos acompañantes y protagonistas.
Esos árboles que personas, ¿personas?, persiguen eliminar; pero hay algo que jamás humano alguno podrá combatir: el rey sol.
Mientras el sol diariamente nos abrace, hay vida. Y la luna, nos acompañará en la oscura noche para no perdernos en nuestro viaje constante.
Así que sí, la luna y el sol, a ellos nadie podrá detenerlos. Nadie osará a enfrentarse porque si hay algo poderoso y natural es la fuerza y la energía que el sol cada día nos da.

Contigo sol sigo mi camino. Y la luna, esa blanca y adorada compañera, me embruja mientras espero que, de nuevo, el sol me dé la energía y la luz para no perder el camino de mi vida.


Rosa Mª Villalta Ballester