En este mundo, nada hay ideal;
menos todavía una infancia total.
Dentro del útero, ya reacción hay;
qué culpa yo tengo de aquí estar,
si no soy bien recibido ni acogido,
si por un accidente o un imprevisto,
aquí estoy sin apenas cobijo.
Puedo quizás a la luz no llegar,
si se decide que mejor no avanzar.
Puedo tal vez la vida poder ver,
ser como un desecho abandonado
o sentir un profundo rechazo.
Puedo también la vida abrazar,
junto a unos brazos envuelto
cuyo amor y protección siento.
Qué pena que hacer el amor,
tenga diferentes consecuencias,
que no todo es placer de una noche,
que sin pensar se busca y se siente.
Enhorabuena a quien con decisión,
traen al mundo a alguien con amor.
Y para aquellos que hacen del amor,
algo pasajero de una noche placentera,
no hagáis sufrir a quien por error,
traéis a este mundo sin intención.
La infancia es corta pero intensa
y ya no volverá a suceder;
por favor, haced vivirla con alegría,
porque para penas y desdichas,
momentos y etapas va a haber.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester