Cuando no se encuentran palabras,
cuando los sentimientos se empañan,
cuando la incertidumbre avasalla,
cuando el tiempo sólo es un nudo,
cuando se evapora la esperanza.
Necesidad de palabras y gestos,
necesidad de llenar un gran vacío,
necesidad de romper toda muralla,
necesidad de gritar al silencio
que grita sin gesto y aturde el alma.
Y solo queda la sensación de lejanía,
aun cuando la piel quema y abrasa,
cuando sin necesidad de pedirlo,
cualquier roce o sensación aplaca.
Y sólo tú, sin nadie, sin tiempo,
en silencio y con libre albedrío,
satisfaces ese cuerpo ... ese cuerpo,
que grita en silencio y con premura,
dejando al silencio sin voz alguna.
Rosa María Villalta