Ni una sola palabra, solo miradas;
los dedos suaves rozan su hombros
llevando ella su cabeza hacia atrás
mientras sus manos en su mejillas
le acarician sin dejarse de mirar.
Sin una palabra, solo sus miradas;
dejando atrás la música romántica
escuchando sus cuerpos encendidos
y dejándose llevar por el instinto.
Suaves roces y gemidos aceleran
el pulso ahora nada acompasado
él haciendo honor a esos pechos
que juegan haciendo agua su boca
mientras cambiando de postura
ella acaricia su falo con las manos
y él su cálida y húmeda vagina.
Sin una palabra, ahora sin mirarse
van con la boca húmeda, cálida,
ella con un eréctil pene excitado
él con su lengua saliendo entrando
y ambos con un rápido cambiar
buscan otra postura, otro estar
ahora ella se pone en cuadrupedia
mostrando su ano para penetrar
él no duda y ella bien le empuja
y ambos gritan y sudan sin parar
él saca y mete insistentemente
y nada dicen, gritan, gimen, sí,
hasta que ambos con su orgasmo
pasan a un silencio acompasado.
Rosa Mª Villalta Ballester