A ti, que deseas en esta vida no pertenecer.
A la persona que no sabe qué es querer.
A quien ni es amiga ni ha sabido qué es.
A quien no tiene a quién dirigirse sino a él.
A quien ha descubierto en su cuerpo placer.
A quien siente rabia, celos, envidia,
A quien la vida desea pase a dejar de ser.
A quien cree haberlo hecho ya todo, vivido.
A quien piensa que ya nada puede hacer.
A quien supone no es agrado para nadie.
A quien la soledad es la única compañía.
A quien la alegría desaparece constante.
A quien el deseo impotencia le ocasiona.
A quien la frustración es su gran victoria.
A quien nada se quiere y su vivir ahoga.
A quien agobia la vida que dejar anhela.
Quizás exista una razón para despertar,
un sol que, tal vez, su brillo desecharás,
alguien junto a ti que no sabrás valorar,
una flor que su belleza ni siquiera verás,
tu cuerpo que, con tu desprecio, dejarás,
sensaciones que ni siquiera permitirás,
placeres sin igual que te puedes a ti dar,
frustraciones que quizás podrías eliminar
despertar que deje a la angustia marchar.
Y a ti, que has intentado la vida abandonar,
que sientes no pertenecer a ningún lugar,
que odias tu ser y odias en él estar,
que despiertas con la rabia de la vida llevar,
que respirar no es alivio sino una carga.
Mientras el valor te haga aquí permanecer,
no puedas mas que despertar y estar,
mientras sea tuyo el presente y tu latir,
mientras odies, frustres, rabies, precises,
eres tú quien harás que ahora cambie
el deseo de morir por el de aceptar vida,
eres tú quien podrá su presente hacer
algo que deje a la muerte su despedir,
eres tú quien decide si continuar sufriendo
cuando no se tiene el valor para abandonar.
Mientras despiertes tienes presente,
mientras tengas presente aquí estás,
mientras la muerte no te llegue,
haz porque la idea de dejar la vida
te abandone y no te haga más mal,
porque si el valor no te deja
mejor, al menos, la vida aceptar.
Rosa Mª Villalta Ballester