No permitas que te hieran
no dejes que quieras morir.
Aunque con nadie cuentes,
aunque la soledad te devore.
No permitas no poder elegir,
es tu derecho, hazlo realidad.
No permitas quedarte quieta.
Si puedes y quieres, lo harás.
Sé tú misma.
Si nada te quieres, ¡házlo ya!
No dependas de otra persona,
eres tú quien se ha de apreciar.
Tus fracasos son tuyos, sin más.
Tú decides si hacer o estancarte
pero tú, solo tú, decidirás.
Sin culpar por tus fracasos.
Nadie tiene por ello que pagar.
Depender siempre de alguien
solo a un abismo te llevará.
Amargar a los que te rodean,
solo su dejar conseguirás.
¡Enfréntate a tus errores!
Y deja en paz a los demás.
Saca tu rabia, si lo deseas,
pero con solo eso, no mejorarás.
El mayor error de una vida
es dejarse llevar por los demás
pues así son ellos los culpables
de tu amargura y fracaso.
No te equivoques.
Las personas somos únicas,
y único es sabernos cuidar
sin dependencia alguna,
con nuestro propio querer.
Si tú no eres tú, sino los demás,
no serán ellos quienes perderán.
Deja ya los lamentos,
que de nada te ayudarán.
Hablar, hablar, no ayuda.
No escuches, ¡déjalas pasar!
La negatividad continuada
acabará en ti por profundizar.
¡Inhíbite, no te dejes llevar!
¡Solo tú te podrás escapar
de quien de sus errores
pretende hacerte mal!
Tú decides si escuchar
o, muy acertadamente,
dejar la negatividad pasar.
Rosa María Villalta Ballester
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