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viernes, 12 de julio de 2019

EL SOL Y LA LUNA


Erase una vez la luna que sintió al sol desolado. Pero tenía un serio problema y era que no podía darle su mano pues cuando ella salía, él desaparecía.
Así el sol desolado se mostraba sin poder a nadie expresar qué le pasaba.
Una nube grisácea y enorme frente a él se posó y el sol sin que la nube lo supiera, sintió y vio llorar al sol. Así pasó que durante días llovió mientras la grisácea nube acompañaba al sol. Cuando el sol dejó de llorar se dio cuenta de que la nube no le dejó de acompañar. Le pidió que se fuera, que solo quería estar. Que solo era fuego aunque se sintiera hielo. La nube, serena, no se marchó y el sol incesantemente pidió que a la luna su compañía diera.
Así hizo la nube y frente a ella se posó; pero la luna no la rechazó y dejó a la nube ante su visión. La nube, muy sabia, solo esperó, frente a la luna, que más grisácea parecía. Así es como la luna a la nube pidió que no se marchara pero que dejara su visión. Pero la nube, dormida se quedó. 
Abrazada por la luna, la luna despertó con el abrazo del sol que desolado recibió a la nube con agrado. Pero la nube, aunque quería abrazarle, el viento desplazó apartándola del sol.
El sol quería ante sí a la nube, le gritaba para que ante sí se pusiese. Furioso, su fuego irradiaba, y cuanta más rabia, más la nube se apartaba. Así la nube se posó ante la luna que la noche anterior la abrazó. Pero tampoco la luna la pudo abrazar porque el viento ante ella no dejó posar. La luna vio cómo la nube pasaba abriendo los brazos sin poder ni siquiera rozar alguna mano.
Y así fue como la nube siguió y siguió y ni al sol siquiera ya vio.
El sol seguía furioso, no quería ser fuego y la nube no apareció. Quemó su propia furia y también su desilusión y sintió el poder que tenía para quemar aquello que no quería. 
La luna vio recuperado al sol. Lo que no sabía el sol es que la luna también deseaba ser fuego y no blanca luna; pero observó que siempre no era completa y que podía ser de diferente manera.
Y así el sol y la luna no se encontraban pero el uno sin la otra no podían comprender nada.


Rosa Mª Villalta Ballester



miércoles, 10 de julio de 2019

EQUIVOCARSE



Equivocarse puede que enseñe
que de paso a un nuevo saber
que mueva un nuevo intentar
que deje un soñar sin realizar
que avergüence y desencaje
que refuerce y mueva a seguir.
Equivocarse no es voluntario
ni algo que se desee mantener
ni espacio donde poder habitar
ni tiempo donde siempre estar
ni oportunidad para escoger.
Equivocarse para corregirse,
para revisar cuanto no sirve
para despertar nuevos hechos
para realizar otras acciones
para cambiar el pensamiento.
Equivocarse supone desfase,
inestabilidad, desequilibrio,
aprovechar o desperdiciar,
sufrir, valorar, compensar,
estimar, desestimar, intentar.
Equivocarse conlleva cambiar
o quedarse en el error sin más,
azar o ensayar hasta lograr,
dejar el error sin importar,
o desde el error prosperar.

Rosa Mª Villalta Ballester

EN MI VIAJE



De nada sirve lamentarse de lo que no se ha hecho o no se ha logrado. De nada vale dejar este mismo instante soñando en algo sin hacer nada. De nada vale la compañía si no se sabe apreciarla.
Cuando se entra en bucle de ver las cosas de una manera nefasta, entra el miedo, la angustia, el deseo incesante de dejar de experimentar este estado.
No hay peor medicina para el ser humano que la soledad; pero, lamentablemente, la soledad en muchas ocasiones es un aislamiento impuesto no escogido, es una circunstancia que consume, que hace al ser humano vulnerable.
Y por esa soledad, por ese buscar compañía, también se cometen inmensos errores que muchas veces cuestan la salud.
¿Quién no ha confiado sin tener que hacerlo en personas que luego han sido una verdadera pesadilla? ¿Quién no ha buscado ese ser con quien comunicarse? 
De acuerdo que lo más importante es tenerse uno mismo, contar con la persona en sí; pero, como humanos que somos, como seres sociales, ¿no es importante la comunicación?
¡Cuántas y cuántas veces se dice a quien no encuentra esa media naranja, esa persona que la quiera, "sal y busca", "si no buscas no la encontrarás"!
Desde mi punto de vista, no hay mayor error que esta expresión. ¿Desde cuando el amor, el cariño, la compañía se busca? ¿Acaso hay que ponerse un cartel en la puerta de un supermercado expresando "soy persona sola, ¿me dan compañía, amor, ...?"
De siempre me ha molestado esta ya no expresión, esta forma de pensar. Está claro que la compañía, el amor, no se encuentran sin relación alguna; pero también es cierto que por mucho relacionarse, salir, no es sinónimo de hallar.
Para mí, tanto una buena amistad como un buen amor, se hallan sin buscar. No se puede forzar si el cariño ni la confianza. 
Con el paso de los años, he aprendido a separarme de quien no disfruta de mi compañía aunque yo sienta lo contrario. Y a separar una persona conocida de una amistad que con tanta facilidad se dice. He aprendido que no es cuestión de salir, conocer por llegar a amistad o relación, buscar. Al menos, los años eso me han demostrado.
Hay personas que sin ser simpáticas, sin tener sensibilidad ni dar confianza alguna se rodean de personas con las que contar. Y otras que, repletas de sensibilidad, cariño, lealtad, confianza, comprensión, ... no cuentan mas que consigo mismas ni tienen a nadie con quien compartir algo.
Y sí, es triste y lamentable, como otras tantas cosas en la vida.
Ahora prefiero aceptar mi realidad, me guste o no me guste; prefiero dejar la confianza instintiva a un lado, aprender a desconfiar y a ser más reservada. 
En este viaje que emprendí, que hago con una simple maleta, deseo hacerme fuerte y saber que no todo vale. Que hay personas con máscaras que saben aprovecharse de quien desgraciadamente no saber ser reservada ni mentir.
Que hay que relacionarse en la medida de las posibilidades; y que mejor es la soledad a estar con personas que aparentan agrado.
Este viaje lo emprendí sola sin saber hacia dónde pero sí por qué. Sé que, como adulta, tengo la responsabilidad de mi vida la cual nadie puede asumir.
Que siento rabia, agotamiento, hastío; pero que solo con esto nada voy a obtener.
Este viaje lo realizo a solas; y durante el mismo veo que hay personas que se paran a saludar, a expresar, a interesarse por lo que comparto. No obstante y, tras el error cometido con el tiempo que me llevó a abandonar este espacio, vuelvo a intentar estar aquí; solo que ahora ya no soy esa persona confiada que se enternecía ante cualquier expresión de cariño. Ahora soy una adulta que camina sola en un viaje duro y amargo y que no busca mas que dejar de ser quien fue. Ya no desea ese ser tan estúpido que fue, que se dejaba llevar por cualquier expresión que le hacía confiar.
Ahora sabe que tras unas palabras, quien expresa algo, puede haber una máscara que oculta la verdadera esencia de ese ser.
Y ése va a ser mi sino: desconfiar para evitar caer como caí. 
En este viaje solo deseo sinceridad. Y también sinceridad conmigo misma que he aparcado siempre mi verdadera esencia.
Quizás es tarde, me da igual. Ya nada pierdo por realizar esta experiencia.
Seré feliz si dejo de ser aquel ser que fui y del que muchas personas aprovecharon la inestabilidad y la irresponsabilidad que formaba parte de mí.

En este viaje deseo des-aprender muchas cosas que durante tantos años me han enseñado y que no considero buenas en este mi verdadero sino.
Des-habituarme de cuanto me ha intoxicado y perjudicado a lo largo de mi vida.
Llenarme de cuanto me permite continuar este trayecto aunque esté repleto de obstáculos.
Y, sobre todo, vivir la realidad: dejar de estar en una fantasía que no existe ni existirá.  Avanzar, aunque sea despacio. Y parar cuando sea necesario.

Llenar la vida que amanece hoy de nuevo de cosas que no me entristezcan ni me aparten de las cosas bellas que pueden existir.

Rosa Mª Villalta Ballester


domingo, 7 de julio de 2019

LO QUE NO HAY




No hay pensar que sea estático
ni circunstancia que no se pueda llevar;
con mayor o menor esfuerzo,
existe un camino por el que pasar,
un momento único que experimentar,
una situación que afrontar o dejar.
unos deseos que hacer realidad,
unas sensaciones únicas sin más,
unos miedos que paralizan el pasar,
una historia que se forma más allá,
un segundo para hondo respirar.
No hay presente sin ayer suspirar,
ni acierto ni error sin vuelta atrás,
ni confianza con máscara mostrar,
ni seguridad sin algo comprobar,
ni indiferencia sin corazón mostrar.
No hay vida sin dos seres juntar,
ni amor que se pierda por acabar,
ni océano que pierda su inmensidad,
ni inteligencia a la que limitar,
ni mundo al que no pertenecer,
ni existencia a la que arrebatar.
No hay razón para la violencia,
ni motivo para hacer mal alguno,
ni ley justa contra la agresión,
ni sentencia que asesinato cambie,
ni previsión que serenidad aporte,
ni humanidad que justicia clame.
No hay decisión que no cambie,
ni cambiar que el tiempo no pase,
ni retroceso al ayer que no vuelve
ni alguien que te quiere que te deje,
ni amor que con maldad conviva,
ni vivir que respirar no consiga.

Rosa Mª Villalta Ballester

sábado, 6 de julio de 2019

LO QUE IMPORTA



No importan las palabras dichas
ni los sueños rotos o por cumplir;
ni una realidad llana y sencilla;
ni tampoco esperar por esperar.
Importan las acciones realizadas,
aquello que hace las fuerzas sacar,
una realidad que de fácil nada lleva,
una espera sin dejar nada escapar.
Importa aprovechar cada minuto,
sentir cada cosa que el instante da,
importa creer aunque sea un poco
y aprender del error y levantar.
Importa no pensar en qué pasará
sino vivir el ahora que quedará.

Rosa Mª Villalta Ballester

viernes, 5 de julio de 2019

EL CREER Y EL CREDO




Creer no tiene que ser religión,
un credo no supone devoción;
creer es confiar para no caer;
un credo ayuda a poder hacer;
creer no lleva siempre saber;
un credo nace sin buscar nada.
Creer conduce a confiar sin ver,
un credo nace para interceder;
creer para a un deseo acceder;
un credo para fuerzas renovar.
Y más allá de una creencia
más allá del credo que se reza,
más allá de cualquier persona,
de cualquier razón que mueva,
hay algo tal sencillo como real,
que es confiar en cada cual,
pues no hay credo ni creencia
si la persona deja de ser tal.


Rosa Mª Villalta Ballester

jueves, 4 de julio de 2019

CON LOS AÑOS



Es de humanos agradecer y tanto más cuanto la vida te da cosas buenas.
Ya no soy ni la ignorante niña ni la joven insegura.
A través de los años se aprende, aunque sea de forma lenta.
Con los años, percibes las cosas de otra manera. Comprendes que la confianza es necesaria pero que no siempre es buena. Que querer no es poder aunque la frase sea hermosa. Que muchas veces las circunstancias frenan. Y que hay demasiadas con errores de los que no siempre te levantas para continuar con fuerza.
Los años te enseñan a que hay poco o muy poco que verdaderamente te llena; que la dicha son instantes que hay que aprovechar de manera ciega. Que ciego es dejar que el tiempo pase sin darle sentido alguno. Que se puede escuchar sin que nada se entienda. Que cuanto más años pasan menos importancia se da a grandes problemas y se fija la atención en las cosas muy pequeñas.

Sí, los años, los años te abren nuevas puertas cerrando otras que jamás eran abiertas. También te enfrían, te hielan. También son el eco de que volver atrás ya no es posible y que hay que aprovechar cada instante que no escape a la experiencia.

Y es de humanos percatarse de cuanto se pierde con los años. No sería nadie realista si no se percibiese tal hecho. 
También hay que salir de la tristeza que el paso del tiempo provoca. Hay que valorar lo vivido o no y no desaprovechar el ahora.

Así, siempre es necesario ser una persona agradecida.Por lo hecho o no, por lo sentido o no. Hay que ser consciente de las circunstancias y actuar en función de ellas. No dejemos a los demás o en el contexto lo que nos pertenece a cada cual.

Cuanto más sensata sea la persona, más dichosa será. Cuanto más responsable de sí misma sea, mejor se encontrará.

Y cuanto más se dé cuenta de su responsabilidad en la vida, más y mejor vivirá este ahora y más y mejor lo recordará.



Rosa Mª Villalta Ballester