Con tiempo, con anhelo, con empeño,
es posible conseguir placer y sosiego.
Sin ninguna prisa, tan solo sintiendo,
dejando libre albedrío todo el cuerpo.
Algo económico y con fundamento,
ayudando a los sentidos y al recreo,
personal, íntimo y sin limite puesto,
llegando al éxtasis, su gran secreto.
Las fantasías ponen el deseo a fuego,
y unos dedos que van rozando lento,
y esas fantasías que no tienen freno.
Y a toda velocidad, sin pensamiento,
responde y se acelera el cuerpo.
No hay viento que pare el momento.
Ni volcán que pueda ser hielo.
Y es posible, soñar, soñar, ... de nuevo.
Rosa María Villalta Ballester