Caricias de deseo y sin llegada,
ese fuego que jamás se formaba,
ese juego sin normas ni victorias,
ese dejar cuyo cese provocaba.
Deseo, fuego, volcán, en activo,
no existe escondite ni refugio,
cada rincón es un placer cautivo,
cada instante, un sentirse vivo.
Y descubrir en cada recoveco,
especial sensación y gran deseo,
sin retorno, sin pausas, sin tiempo,
dejando al roce su provecho,
provocando la chispa sin freno,
degustando el placer del momento.
Rosa María Villalta
Eternizar el instante del placer sublime.
ResponderEliminarSaludos.
Qué bonita descripción para una caricia. Un poema precioso, Rosa María.
ResponderEliminarMil besitos para ti y muy feliz comienzo de semana ♥
"La chispa sin freno"... qué bien suena eso.
ResponderEliminarBesos.
Pones en palabras tus más puros sentimientos... No cualquiera logra o se anima a transmitirlos.
ResponderEliminarAbrazo hasta vos, amiga.
El placer del momento...si, perdidos en esa barca sin timón.... pero quizás así es como debe ser
ResponderEliminarPaz
Isaac