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viernes, 13 de septiembre de 2019

EN SOLEDAD







No podía alcanzar eso tan hermoso del amor
ni tampoco el baile de dos cuerpos en sintonía;
podía fantasear y soñar en correrse en soledad;
mientras la noche avivaba su ardiente deseo;
mientras se derrite acariciándose su fogoso sexo
e imagina cómo su entrepierna se humedece,
cómo siente su vibrar y erizarse la piel gimiendo
y cómo, arqueándose, movimientos sensuales,
el orgasmo deja ese cuerpo caliente en sintonía.


Rosa Mª Villalta Ballester

miércoles, 11 de septiembre de 2019

¿CÓMO NO DESEAR?




¿Cómo no desear sentir esas manos
que esos pechos y ese pene acarician
y que hacen al ser sentir la locura
y que abren fronteras, tensan, liberan,
deseos inhóspitos que van más allá,
buscando por el más recóndito hueco
lamiendo ese jugo en intenso juego
y jugando deseosamente sin freno
hasta ese orgasmo liberador inmenso?
¿Cómo no desear jugar con el cuerpo
inmensurable instrumento de placer
que con tan solo un sensual contacto
enciende la libido y la auténtica pasión
llegando a una gratificante relajación?


Rosa Mª Villalta Ballester

domingo, 8 de septiembre de 2019

A LA NOSTALGIA






A esa nostalgia que acompaña,
nada hay que haga volver a lo que tanto nos haya podido gustar, a aquellos momentos tan intensos y buenos que ya se quedaron atrás.

Nostalgia, tienes el poder de estar en el presente siendo del pasado y arrastrar nuestro sentir soñado aquello que ya no tiene vuelta atrás. 
Comprendo que sigas en el presente; pero no es útil acompañarte, fijarnos en ti; es triste y delicado. Hay personas que ya no están; momentos inolvidables que no pueden volver a pasar; nosotr@s, ya no podemos ser aquell@s que fuimos.
En cierto sentido, es bueno tenerte; es reconfortante saber que hubo ese momento tan placentero y tan oportuno. También es ayuda para cerrar aquello que no fue nada satisfactorio ni beneficioso.

No sé nostalgia: si estás es por algo y para algo. El recuerdo de algo que se añora y no puede ya volver a darse es una situación desagradable que produce tristeza y melancolía; y el de aquello que se vivió de una manera inadecuada o nada buena produce una sensación de liberación o agrado al saberse del pasado.

Por eso, nostalgia, quiero despedirme de ti a sabiendas que no es una despedida definitiva puesto que tú puedes volver.
Aun así, sí deseo despedirme de todo aquello que ya no puede volver a mí y que me hace sufrir de una u otra manera.

Deseo estar en el presente y solo en este presente. Y aprovecharlo sin prestar mucha atención a lo que ya no está y no puede ser. Así que, nostalgia, desearía te quedaras en ese pasado que ya no es posible volver a vivir.

Rosa Mª Villalta Ballester

sábado, 7 de septiembre de 2019

INVASION




Invasión de deseo, fantaseo;
tocamientos que excitan, delatan;
humedecen, sudan, erectan;
... loco descontrol que sosiega.

Rosa Mª Villalta Ballester.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

CAMBIO DE ÁNIMO




Llegó con un fuerte dolor de cabeza
con ansiedad de trabajo agobiante
y por un instante deseó su cuerpo
y sintió su vibrar y su humedecer
y ese orgasmo intenso tan saciante
le ayudó rápido cambiar su ánimo.


Rosa Mª Villalta Ballester.

sábado, 31 de agosto de 2019

SIN PRETENDERLO



El la deseaba con fuego y con premura;
ella parecía no interesarse, fría, distante.
Se fue acercando hasta posarse tras suyo
marcando su paquete y moviéndolo lento;
ella, que parecía no desearlo en ese instante,
sin volverse con sus manos envolvió su pene
masajeándolo y sintiendo su gran dureza,
sin resistirse a separarse, pegando su cuerpo.
El fue pasando su lengua por su cuello
mientras ella lo movía cada vez más rápido,
sin resistirse a liberar su ya ahogado falo,
que salió caliente a sus cálidas manos,
mientras posando hacia atrás su cabeza,
dejaba que su lengua humedeciera su ser
que no se resistía, que se dejaba ya ver,
mientras le quitaba el molesto sujetador
dejado sus pechos ardientes a flor de piel
masajeándolos todavia tras ella, pegado,
sintiendo ese su miembro duro y erecto
que de inmediato puso dentro de su boca,
agachada mientras él le agarraba su pelo,
y ella lo metía y sacaba enloqueciéndole.
No resistió más al ver sus tiesos pezones,
que, entre sus dientes, posaba, mordía,
mamando como cual bebé busca placer
llenando su boca, encendiendo su deseo,
mientras metía sus dedos en su vagina,
que casi al instante mojaba y lubrificaba
no pudiendo parar a probar la humedad
que sus labios vaginales le provocaban.
Así ella se retorcía y trababa de callar
pero sus gemidos, prueba de su éxtasis,
provocaban en él su cada vez más sed,
y su miembro, cada vez aun más duro,
provocaba meterlo en su boca otra vez.
Ambos se lamían sus caprichosos sexos
bebiéndose, relamiéndose, saboreándose, 
y él no pudo resistir metérsela, sacársela,
esa vagina jugosa, excitante, provocadora,
donde jugar en ese escondite tan ardiente,
mientras ella la empujaba completamente
y masajeaba sus testículos intensamente
y él mordía sus pezones, locura absoluta,
hasta que su caliente esperma mezclado
con el flujo vaginal besado por sus labios.
Ella, que parecía no desear ese momento,
con su ardiente cuerpo se corrió con él;
y él disfrutó de la excitante experiencia
de provocar en ella un intenso orgasmo.


Rosa Mª Villalta Ballester.

viernes, 30 de agosto de 2019

PROVOCACION




Sus dedos no cesaban de estimular su clítoris,
mientras sus pechos gritaban por ser tocados,
mientras su cuerpo se arqueaba y estiraba,
así como sus pezones erectos arriba invocaban.
Tal vez en una fantasía estimulante se hallaba
pues su boca parecía comerse completo un falo
sacando y metiendo sus dedos por esa vagina
que bien lubrificada y estimulada se hallaba
mientras se abría y cerraba, se abría y cerraba.
Sintiendo fuego, deseando hielo, salivando,
hielo en clítoris y en los pezones tan tiesos,
gimiendo, salivando, lamiendo, provocando,
mientras él la observa sin poder esperar ya
con su pene ya bien lleno, la vagina mojada,
ambas manos llevados a los sexos opuestos
metiendo y sacando ese falo en su boca,
lamiendo con lengua el caldo de la vagina
sin poder parar hasta el deseado orgasmo,
que deja el deseo en un sueño ya alcanzado.

Rosa Mª Villalta Ballester