(imagen de la red)
Quizás sea la edad,
quizás la melancolía, la duda;
quizás necesidad, locura;
tal vez embriaguez, descenso;
quizás la sangre que corre,
esos pechos que tanto dicen,
ese vibrar que tanto clama,
ese fuego que arde en deseo,
que despierta intenso sexo,
que hace arquear gimiendo
que se funde en su orgasmo
libera, juega, desarma, llega,
infinita y sensual plenitud
irresistible regalo de la vida.
Rosa Mª Villalta Ballester