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domingo, 20 de octubre de 2024

CUANDO SALE EL SOL


Observando cómo sale el sol,
sobra toda la palabra,
el pensamiento siembra dudas,
el corazón agradece la luz al alba.
Observando la calma de su salida,
brilante como un diamante peculiar,
preguntando si el día será calma
o acompañará algún que otro nubarrón.
Observando cómo sale el sol,
el corazón late sin nada determinar,
la incertidumbre está al acecho,
las nubes acompañan su despertar.
Observando un nuevo comienzo,
no importa qué acontecerá,
sale el sol iluminando la mañana,
dejando oscuridades atrás.
Observando cómo sale el sol,
quizás creer poder alcanzar algo
sea el mejor momento a aprovechar,
respirar hondo y no mirar atrás.

Rosa María Villalta Ballester

viernes, 11 de octubre de 2024

ALGUNA RAZÓN




He querido y quiero un comienzo,

un final del inevitable sufrimiento.

Un descanso que haga de freno,

que deje sonrisas y mire al cielo.

Una oportunidad para sosiego,

una mirada hacia algo pasajero.

Un bienestar aunque incierto,

una sonrisa que abra el silencio.

Un dilema para pensar de nuevo,

un sentir la vida no solo existiendo.

Quizás una venda sea el precio

de ser solo un ser envejeciendo.

Quizás el miedo ha ido midiendo

los pasos no dados en el momento.

Quizás haya un mínimo resquicio

de interés por hacer en el tiempo.

He querido y quiero una razón

que me una en algo al universo.


Autora: Rosa María Villalta Ballester

domingo, 22 de septiembre de 2024

OTRO COMIENZO





Cuando la familia de sangre, la que se tiene por haber tenido de unos mismos padres son personas que dañan y hacer sentir temor e inseguridad, cuando el tiempo demuestra que es mejor una distancia inmensa que mejor nunca acortar, cuando la llamada familia ahoga, desprecia, humilla y están a una falta absoluta de humildad de manera que se creen en posesión de una verdad muy lejana, te hacen dudar hasta de tu propio razonar, ..., esa familia .... ésa ... mejor dejarla atrás.

Empezar de nuevo sin esa llamada familia, empezar de cero junto a otra que, sin tener lazo ni parentesco alguno, te hacen respirar, simplemente respirar, amanecer un nuevo día porque la otra llamada "familia", esos que se llaman "hermanos" te hacen sentir peor que a una rata, que no saben si estás viva o muerta, que les da igual dónde y cómo estés, ... ésos llamados hermanos, no merecen mas que la ignorancia y la distancia y que alguien les haga ver la ausencia de humildad que existe en ellos y sus errores.

Empezar de nuevo sin haberlo previsto, empezar de nuevo sabiendo que tu  verdadera familia te dicen que no te quieren ver, sabiendo que el momento más duro de tu vida no te dejan respirar, ésa ... ésa ni es familia ni es nada.

Empezar de nuevo con personas que no son familia de sangre pero que son auténticos ángeles y que hacen que vuelvas a despertar, esos ángeles que no permiten que para mí la vida tenga un final, que me admiten como soy sin cuestionarme, sin ponerme etiquetas, cosa que he tenido con la llamada familia real, personas con quien razonas, preguntas si tan mala persona soy como me hace sentir mi familia real, personas que están y me recogen cuando caes y no tienes fuerzas ni para poder decir "por favor", personas que dan sin esperar nada a cambio, ésos ángeles que me han escuchado y han confiado en mi, ésa es mi verdadera familia.

Me cuestiono si tan mala persona soy, sin tan mal razono, si tan mal interpreto las cosas, si personas que trabajan día a día conmigo que no son pocas, también razonan mal y no tienen lógica.

Ahora, hoy, me doy cuenta que la familia real, la de sangre, es aquella con la que tengo verdaderamente que distanciarme, de separarme para siempre, de alejarme y de no volver ni a escuchar. Son personas que se creen en el poder de la verdad, que creen que tienen razón sin cuestionarse nada, que me han hecho sufrir lo que nadie me hubiera hecho sufrir sin razón ni lógica alguna.

Me pregunto que Mª Dolores, Alicia, Inmaculada, Elena, también son personas que no razonan y también se equivocan. Me pregunto como mi familia real me intenta amedrentar qué esperan de mí si cuanto hacen es dejar a sus familias para ayudarme en un momento crítico en que mi verdadera familia me humilla y me abandona.

Me pregunto si los médicos se equivocan también tras comprobar con pruebas reales y decir la verdad, la VERDAD, si soy responsable de algo y si realmente me merezco el trato de esas dos personas que para mí ya son pasado.

Ahora, hoy, es momento de dejar atrás REALMENTE a esas personas que tanto daño han hecho, que no son humildes y que se creen en el poder de la verdad.  Ahora es momento de empezar un nuevo camino SIN ELLOS, sin tenerlos, que son realmente quienes me dañan y quienes ni razonan ni hacen nada a cambio de algo.

Ahora, hoy, ahogada en mi propia angustia, en el dolor y en días de pasarlo más que mal, deseando ponerme delante del tren y acabar con mi vida, ahora que mis ángeles están más que esforzándose por mi vida, cosa que mi familia real ignora, voy a intentar empezar una nueva vida, una vida con personas sociables, que razonan, que me dicen qué está bien y no y no con aquellas en las que me hacen creer que estoy mal de la cabeza y estoy desequilibrada.

Gracias a los médicos que han visto la auténtica falta de razonamiento y cordura de quienes me han hecho tanto tanto daño y a mi psicóloga Laura que, aunque le expresé cosas demasiado fuertes que no siento y le dije en un momento de mis momentos duros y traspasé límites que no son propios de mí, me hacen comprender el error de las personas que me han hecho sentir peor que una rata.

Hoy no importa que haya sol, el sol lo son todas las personas que me hacen razonar e impiden que diga y obre de manera inoportuna. Si hay algo que soy es transparente, demasiado transparente. Y animo a quien pase por una situación similar que lo sea. Hay cosas que no pueden permitirse y que aunque sean asuntos familiares, si esa familia no te protege ni quiere saber de ti, hay que saber pedir ayuda.

Miento si digo que estoy bien. La necesidad de ir al metro y ponerme bajo un tren es demasiado intensa; pero también sé y me pongo en el lugar de esas personas que en pleno agosto han hecho hueco en sus familias y se han dedicado de corazón a que eso no ocurra.

Es no duro, durísimo. Tengo pánico, mucho pánico. Echo de menos realmente a mi madre, a ella sí la echo de menos pues tras su pérdida, esto se ha convertido en un auténtico infierno.

Está claro que han esperado tu marcha para hacerme el daño que siento y del que se sienten más que satisfechos.

Y, como tú me enseñaste, no voy a montar ningún cirio como hace tu otra hija. Les dejo.

Mejor distancia, mucha, muchísima distancia. No soy nadie para juzgar a nadie. Solo me alejo muchísimo de quien es dañino para mí.

Rosa María Villalta Ballester

sábado, 14 de septiembre de 2024

ERROR


 Cruzar, decidirse, ... algo que hay que realizar.

¡Cuán difícil es tener el valor de pasar de un lado a otro cuando la inseguridad invade!

Y la vida es eso, dificultad, aunque en ocasiones existan momentos bonitos, que hay que aprovechar al máximo.

El vértigo que existe para dar el primer paso sabiendo que hay que darlo si se quiere sosiego y continuar.

Y existe el momento en el que o te mueves y cruzas o te quedas y estancas, aun sabiendo que cruzar tambien suponga más dificultad.

Tras momentos de estancamiento y aun sin ver el motivo por el cual comenzar a pasar, aun existiendo oscuridad, desasosiego y desconcierto, tal vez sea mejor que quedarse sin paso dar.

No sabemos qué hay tras cruzar el puente, no sabemos si será mejor o no cruzar; lo que sí sabemos es el momento de ahora, el que nos denota que sin hacer nada más, más oscuridad.

Quizás sea un error intentar cruzar y también lo sea quedarse sin nada intentar.

Rosa Mª Villalta Ballester


sábado, 17 de agosto de 2024

SI BIEN ENVEJECIENDO




Antes soñaba y ansiaba conseguir.

Ahora acepto y trato de sobrevivir.

Antes perseguí algo inalcanzable.

Ahora alcanzo sin nada perseguir.

Antes lamentaba y solo esperaba.

Ahora espero despedir el lamento.

Antes el presente desperdiciaba.

Ahora desperdicio hacer nada.

Así la vida su sentido se refleja

y así se hace eco no lo que deja.

Y así, se ausenta toda fortaleza

y se enriquece cualquier ausencia.

Y así pasa el tiempo sin tocarlo

y se envejece sin ningún encanto.

Y por eso, si bien envejeciendo,

acabar por lo menos probando,

de todo placer nada deseado

y que siempre he ido ocultando.

Rosa María Villalta Ballester 

jueves, 15 de agosto de 2024

AL ANOCHECER




Fantasía es pensar que el mal no existe,

que la ilusión llega sin siquiera buscar,

que la esperanza es algo que florece,

la falsedad apenas asoma y permanece,

el existir es cuestión tan solo de pasar.


Realidad es entender y permanecer,

cuestionar para respuestas obtener,

aprovechar el instante que aparece,

dejar el pasado que no puede volver,

intentar siempre un buen quehacer.


Placer es posible buscarlo y hallarlo,

o tratar lograr un estado de agrado,

a solas, en compañía o al desearlo,

principio de un final inesperado,

o esperar un final que es inacabado.


Ideal es acabar el dia inesperado,

logrando el bienestar sin plantearlo,

acompañando al día con buen agrado,

aceptando todo aquello desacertado

y dándole a la noche un gran abrazo.


Rosa María Villalta Ballester





ACEPTACION Y VOLUNTAD



Desde hace ya tiempo, cuando las cosas se ponen mal o muy mal y pienso que ya no vale la pena nada, empiezo a ver la realidad que rodea a otras personas, otras circunstancias, otras situaciones y, aunque el dolor está ahí y no cesa, siento ser una privilegiada.

No ceso de pensar en Gaza, en Ucrania, y ... ¿quién peor que esas personas puede estar? ¿Quién peor de quien está en un hospital sufriendo con dolor o esperando su partida?

No dejo de pensar en toda aquella mujer que muere a manos de seres tan despreciables por el hecho de haberlos querido o estar con ellos, esos niños que no saben ni sienten qué es estar bien, que estan realmente solos porque una bomba, un genocidio ha acabado en un segundo con sus vidas.

No, no acepto estas desgracias. No acepto que haya seres tan indiscriminados que decidan sobre la vida de los demás. No me cabe en la cabeza.

Y me siento una privilegiada por no estar en todas esas situaciones. Me siento una más que privilegiada y más que agradecida a la vida. Y realmente la aprecio. Aprecio hasta un suspiro, una respiración, un momento de silencio tan sereno y no de miedo.

Acepto mi situación y mis circunstancias que están a años luz de queja alguna respecto a las anteriormente mencionadas. No tengo derecho a ser infeliz ni a rendirme ni a sentirme desdichada. No tengo derecho a pensar mal ni a ver las cosas de color negro por no apreciar lo que realmente sí tengo. Tengo derecho y obligación de aceptar que soy una privilegiada de la vida, que soy quien tiene que buscar su fin, su sentido y procurar dejar una huella bonita y agradable.

Y solo puedo dejar una huella que se precie dejando de pensar en aquello de lo que carezco y apreciando aquello de lo que sí poseo por mínino que sea.

Además, pienso que hasta el día de mi partida tengo el derecho y la obligación de aprender, de crecer y de intentar hacer las cosas lo mejor posible.

Desde luego, sería una desagradecida dejándome arrastrar por cuanto me apena y entristece dejando que pase la vida sin hacer algo por lo que sentirme orgullosa, o simplemente hacer algo. El hecho de pensar en toda desgracia que corre tanta gente que no se lo merece y que segundo a segundo ocurre, me prohíbe cualquier queja o lamento de una vida en la que poseo tanto y de la que no puedo ni debo arrastrarme.

Ahora mismo, en este mismo momento, ¿cómo estará toda esa gente en Gaza, en Ucrania, en cualquier parte del mundo que está horrorizada por la violencia o por la masacre?

No dejo de pensar en ese niño o esa niña que, de repente, ve ensangrentada a toda su familia y no puede ni reaccionar. No puedo ni imaginarlo porque es inimaginable. Impensable. Podemos suponer, creer que, pero la realidad es imposible saberla.

Quiero agradecer que este presente pueda apreciar estas circunstancias y no encerrarme en cualquier falta o ausencia que en mi vida pueda haber. 

Quiero agradecer en este presente cualquier cosa que me rodea y que tengo el privilegio de poder apreciar.

Quiero agradecer en este presente que soy consciente de cuantas horrorosas circunstancias y situaciones existen en cualquier parte del mundo y que estoy lejana a todas ellas.

Quiero pedir perdón al mundo por mi ausencia de sensibilidad por el egoísmo que se apodera ante circunstancia adversa o situación que sea inconveniente.

Quiero pedir perdón al mundo por cuantos errores cometo porque en ningún momento ni caso son cometidos con intención.

Quiero saber, conocer, hacer, actuar y pensar siempre con la razón y con la lógica y que las emociones no me jueguen malas pasadas.

Quiero ser, estar, abandonar cualquier maldad en mí existente, caminar y poder estar satisfecha al acabar el día de haber sido o hecho algo diferente.


Rosa María Villalta Ballester