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domingo, 20 de octubre de 2019

SENSACIONES Y PENSAMIENTO

Este cuerpo habla y algo quiere,
y el pensar apenas le entiende.
Apenas comprendo ciertas cosas
a pesar de los años y espacios.
Ahora sé que mi cuerpo rebelde
emerge con su vibrar y demanda.
El pensamiento apartarlo desea
pero la energía fluye y no cesa.

A la bella y serena luna pregunté
qué grita el cuerpo que no entiendo
y esperando de ella un por qué
al sol me dijo que fuera también.
Y al sol mis brazos alcé
sintiendo su energía y no un porqué,
cerrando mis ojos por no poder ver
y sintiendo desde mis pies un correr:
una energía que desde mis pies sube
y siento cómo recorre mis piernas,
cómo ese fuego abrasa mi pelvis,
y siento por todo mi tronco recorrer
hasta sentir mis pechos expresarse
sintiendo cada poro de mi piel,
hasta llegar a mi inquieta cabeza
cuyo pensar no logro detener.

Pensamiento y sensación emergen
y ambos necesitan su lugar.
Quién de los dos tiene más peso
quién de ellos puede su esperar.
Sin duda todo mi vibrar reclama
sin cesar el fuego he de apagar
sin pensar y sintiendo y deseando
dejando fluir lo que entra natural.
Y el fuego me ahoga, me aprisiona;
y pensar me detiene, me bloquea.

Siento ... siento ... y pienso ...
Dejarme llevar no hace ningún mal.
Y es el fuego el que domina
y es mi cuerpo quien sin desear
reclama y reclama su libertad.
Y siento cómo la pelvis arde,
cómo vibra, cómo ahoga su sed.
Cómo la sed de mis pechos brota
y desean explotar porque se ahogan.

Y siento cómo se contrae la vagina,
cómo esa fuerza inmensa domina,
cómo no puedo detener esa vida,
cómo el pensar no cesa su pasar,
y cómo, dejando pasar la energía,
se alivia el pensar y se va al placer.

Al cuerpo que tengo y que siento
acepto y le dejo su buen recorrer,
dejando que fluya cuanto surja
sin que el pensar detenga su ruta.
Al cuerpo que tanto he rechazado,
a ese cuerpo que bloqueado estuvo,
recibo y quiero con gratitud su rumbo
dejándole libre y dándole gusto.

Al pensar, que corroe y paraliza,
le hablo y le expreso con justicia
que muchos años me ha acompañado 
pero que el cuerpo también es cosa mía.
Al pensar le recibo con orgullo
al convivir con ese cuerpo que vibra,
pensando en vivir cada sensación
sin pensar la sensación, tan solo vivirla.


Rosa Mª Villalta Ballester.

domingo, 13 de octubre de 2019

MOMENTO MÁGICO
























(imagen de mi autoría)


Insensato sería no dar gracias, y las doy.
Doy gracias a este mar por abrazarme,
a este cuerpo que acepto sin reproches,
a este ser que forma parte del universo,
a estas olas que suavemente me serenan.

Me quiero aunque sea trabajo que cueste,
admiro la naturaleza que ante mí emerge,
respiro profundamente escuchando el mar
y miro al cielo y abrazo la tarde que se va.

Y miro frente a mí ese mar y escucho,
presente de cuan regalo ante mí florece
y escucho y miro y siento ... siento ... 
intentando detener esa ira que se siente,
dejando que se desvanezca y paz entre.

Me detengo. Tomo arena entre mis manos.
La miro y miro al cielo y siento mi cuerpo.
Y siento mi pensar fluir y dejo que corra
como esas nubes que por arriba pasean.

Algo me mueve a recibir ese agua serena.
Y me uno a ese fluir y dejar en la orilla.
Y recibo esas olas que dejan su inquietud,
como dejo que mi rabia salga de mi ser.
Siento el agua sobre mis pierna golpear
y miro al cielo y siento y respiro y crezco.

Recibo de este universo la serenidad 
y le agradezco su contacto en mi piel,
y sin dejar de mirar el infinito horizonte
pido perdón por mis inmensos errores
y acepto mi ser que es pieza del universo
y abrazo y siento este universo en mí.


Y siento subir la energía de este cosmos
y siento que mi pensar se deja llevar
y cada parte de mi ser sus sensaciones
e inspiro, escuchando y sintiendo ... 
y espiro sacando cualquier obstáculo.

Y siento la brisa que se pega a la piel,
y toda sensación que despierta y clama,
y me dejo sentir ... me dejo llevar ...
y ahora es mi cuerpo quien se expresa
y dejo al cuerpo y al mar fluir en calma.

Extraña sensación que emerge sana
disfrutando de cuanto ahora percibo,
abandonándome a esa naturaleza,
dejándome llevar, dejándome  llevar ...

Y todo mi cuerpo respira y siente ...
y ¡cuánta energía fluye! y sube ...
también baja, baja, baja, ... 
y dejo que cuerpo y mente se liberen,
y que disfruten de este momento
y siento ... siento ... volar, vibrar,
siento mi ser volar y miro al cielo,
y vuelo ... vuelo ... escucho el mar,
instante que me llevo para no olvidar.

Ahora no es ese instante  ... 
pero acudo a él para el día abrazar.
Y agradecer este nuevo día
y aceptarme y quererme sin pensar
y aceptar las dificultades de hoy
y querer cuanto tengo y cómo soy.

(Muchas veces, las circunstancias no me permiten ni siquiera recibir la ayuda que se me da. Hay situaciones muy difíciles de controlar que me descontrolan y me hacen sentir mal. Intento mejorar pero se me hace demasiado difícil. Comparto con vosotr@s el instante que viví ayer tan mágico)


Rosa Mª Villalta Ballester

sábado, 12 de octubre de 2019

EL INCESANTE GRITO




(imagen de mi autoría)


¿Cómo alejar el ruido ensordecedor del miedo, de la angustia? ¿Cómo atrapar esos rayos de luz que dan energía, que provocan chispa?¡Cuánto deseo poder manejar la ira y la rabia generadas por algo que no provoco! 

En este espinoso camino por la vida, en este asumir la responsabilidad de cualquier decisión o actuación realizada, son demasiadas mis paradas, ausente de cuanto en ella acontece.
Pierdo el rumbo, la orientación, la fuerza, el deseo, hasta el pensar; me domina una fuerza incontrolable destructiva hacia mí misma. Siento estar en un laberinto sin sentido, que no lleva a nada.

Y aun así, levanto la cabeza, miro al frente y continúo. Estoy en el presente.
Caminar, caminar, continuar. No perder el rumbo del motivo por el que inicié este viaje, este asumir la responsabilidad.
Son muchas las circunstancias ajenas a mi voluntad que no soy capaz de gestionar, que me provocan desespero.

Grito al viento, a la noche, al cielo, al infinito. Grito desde el más interno fondo de mi ser, como algo que desde allá quisiera salir. Me grito y mi interior no sonríe, se asusta de esa voz que le desarma, que le provoca caos, que se asusta del instante presente y se paraliza.

Y asumiendo responsabilidad grita a ese ser que no cese en el intento. Que no hay peor herida que curar que la rebeldía a continuar. Que ya hubo demasiadas etapas de la vida cuyas heridas ya no tienen cura, pues aquellos momentos que se pierden y no se viven, no tienen vuelta atrás.

Ahora asumiendo responsabilidad tiembla, sí, es como un terremoto en el que existen movimientos intensos; y que existe un inmenso desorden, caos, miedo; y que es posible esperar, quedarse quieta; pero todo temblor acaba. Y hay que actuar tras él. De nada sirve esperar y esperar, lamentarse y no hacer nada. Poder se puede. Es fácil quejarse y nada hacer; pero las consecuencias son nefastas. 

Duele y enfurece sentir que la vida es una constante rebeldía que hay que lidiar. Y el miedo paraliza. Y la tristeza y el dolor no ayudan sino a meterse en un bucle del cual no salir.

Y es muy difícil salir del círculo vicioso, cuando se aleja la esperanza, el desorden, la inapetencia y sobre todo el deseo. Y no existe mayor mal que estancarse y más aún desear no vivir.

Y he gritado al deseo, le he clamado, le he rogado que me acompañe, que me acaricie, que me roce. Y he imaginado cómo sería una vida en el bienestar, en la serenidad.
La imagino y posiblemente la sueño; pero tras esa imaginación o sueño, la realidad vuelve a golpearme.


Rosa Mª Villalta Ballester





domingo, 6 de octubre de 2019

PERDIDA AUSENCIA




(imagen de la red)

Vida perdida, desestimada;
ausencia de algo que pasará;
tristeza con sangre en sus venas;
desnudez que marca sinceridad.

Deseo muerto e inacabado;
luces apagadas en la oscuridad;
sensualidad abrumadora herida;
placer que ni llegó ni llegará.

Días de fuego y de tormenta;
caricias que ni se estrenaron;
y con furia e ira acumulada,
orgasmo que despierta locura.

Embriaguez del cuerpo atado,
su libertad suelta todo pasado;
y cada vello ahora erizado,
esos pezones duros irritados,
esa vagina tan llena de vida,
mandan, ni siquiera escuchan,
ausentes en esa perdida vida.


Rosa Mª Villalta Ballester


sábado, 5 de octubre de 2019

NECESIDAD Y PÉRDIDA




Extraña sensación de necesidad y pérdida.
Esa piel que se enciende y roce espera.
Esos labios que otros labios pegados desean.
Ese cuerpo que, ardiente, la mente deja.
Ese deseo, esa pasión, que tanto libera.
Ese momento que, olvidado, su presencia.

Y, lejos de olvidar, más necesidad llega.
Y, cerca de sanar, el cuerpo clama presencia.
Y el pensamiento, su paso le bloquea.

Surge el interrogante de cómo a él llegar,
cómo dejar que el cuerpo su mano tomar,
cómo hacer del bloqueo placer y olvidar,
cómo dejar libre la mente y fantasear,
cómo con suaves caricias, volar y volar.

Con las alas abiertas, deseando volar.
Tal vez, en el vuelo, sensación liberadora;
mas quizás, no sea el momento esperado;
El cuerpo grita ese orgasmo no logrado.
Gritar a ese pensar que bloquea su paso.

Rosa Mª Villalta Ballester


jueves, 26 de septiembre de 2019

BLOQUEO







Cuando ahoga el silencio,
cuando grita la oscuridad;
cuando calla la esperanza
y conecta la incertidumbre,
cuando inunda la tristeza,
persiste clara inseguridad,
aparece agobiante miedo
y abraza la angustia vital,
difícil salida del laberinto
con la soledad compañera,
sin conocer amor ni pasión
rozando espinas de dolor.
Sin llegar a ningún sitio,
sin hallar camino alguno,
con tomentas, sin calma,
ya con la batalla vencida,
desinterés por nuevo día.

Rosa Mª Villalta Ballester.

domingo, 15 de septiembre de 2019

CUANDO GRITA EL SILENCIO








Ahora en el otoño de la vida,
tras primaveras ignoradas,
sin haber deseado el amor
sin haber sentido atracción
ni haber estado en sintonía,
con el corazón solo y vacío,
una linea continua de vida,
es cuando grita el silencio.

Aquellos años que pasaron
sin deseo ni pasión llegados
sin ese fuego que encendía
sentir dos cuerpos pegados;
sin esa sensualidad vivida
del amor que abre sus alas,
es cuando grita el silencio.

Cuando grita el silencio
se enciende aquel pasado
que línea continua dibujó;
y con curvas y pendientes
hace así hablar al corazón
que, con mirada otoñal,
llora al sentir ahora deseo.

Y cuando grita el silencio
hace a la pasión resurgir
y, aun en el otoño de la vida,
amor y sensualidad su latir.

Rosa Mª Villalta Ballester