Sin necesidad de palabras,
cada parte del ser es volcán,
lava que con lengua atraviesa
un cuerpo deseoso y abierto.
Y baja, baja, hasta más allá,
donde el sexo arde y reclama
el roce que a la chispa falta .
Un falo rebosante entrante,
por el surco que lleva al placer.
Y mucha lava emanando,
con fuerza y ardor abordando.
Sin palabras, solo sensación,
abrasando y fantaseando,
el éxtasis, un fuerte estallido
que lleva directo a la calma.
Rosa María Villalta Ballester
Fuego y silencio, la tormenta y luego la calma, la pasión del sexo bullente que luego será reposo, pero tú lo versas mucho mejor y me ha encantado este poema tan fogoso.
ResponderEliminarMás besos dulces Rosa.