Ella, que creía haberse enamorado,
que creyó en un amor ciego y falseado,
que discutió con quienes le aconsejaban,
se apartó de quienes le quería de verdad,
se creó una realidad jamás imaginada,
se dio al hombre que creía le amaba,
recibió el primer golpe creyendo único,
calló por temor a los siguientes amenazada,
perdonó porque su amor a él no cesaba,
y fue madre por desear de una familia,
abandonó su cuerpo, y también su dignidad
vivió una auténtica pesadilla sin hablar,
cada vez más apartada y humillada,
la sonrisa a penas ya si podía asomar,
con temor a que sus hijos sufrieran,
sabiendo que su vida no podía salvar,
ella ... dejó su sufrimiento ... su vida,
ya un último golpe la dejó de escuchar.
No importa su nombre ... ella ... una mujer.
No importa cómo ... ella ... sufrió.
No importa dónde ... ella ... murió.
Ahora nada importa ya ... no está ya.
Importa que un hombre la humilló ... y vive
importa que un hombre la destrozó ... y vive
Importa que un hombre la mató ... y vive.
Y él ... machista ... violento ... violador ...
Y él ... enfermo ... sádico ... inhumano ...
... sigue jactándose de sus actos ...
... sigue ... vive ... impune ... insensato.
Y cada mujer que muere ... clama el cielo ...
Pero en eso queda ... en protestas ... silencio,
silencio ... nada ... vacío ... desespero.
Rosa Mª Villalta Ballester.